El valor de los cuentos en edades tempranas

El cuento tiene un enorme POTENCIAL EDUCATIVO. Estimula el lenguaje, la comprensión, la expresión, la socialización, la imaginación, la atención, el razonamiento, la resolución de problemas, etc.

El cuento tiene un enorme POTENCIAL EDUCATIVO. Estimula el lenguaje, la comprensión, la expresión, la socialización, la imaginación, la atención, el razonamiento, la
resolución de problemas, etc., etc. y, sobre todo, el DISFRUTE. Por eso en Nuestra Escuela Garabatos®, todos los proyectos que iniciamos comienzan por un cuento, elegido
especialmente para que cumpla los objetivos propuestos, ya que todos los juegos y actividades que se realizarán mientras dure el proyecto, girarán en torno a dicho cuento.

NO se puede NO comunicar. Las historias, siempre comunican. Están cargadas de descubrimientos, sorpresas, miedos, celos, justicia, muerte, sexualidad, diversidad,
enfermedad, integración, solidaridad, rabia, separaciones, adversidades, amor, amistad, empatía, etc., etc. y nos hablan de cómo interpretar, comprender y responder a todo ello.

El cuento tiene un enorme potencial para comunicar valores. Los niños comprenden lo esencial de las historias, mucho antes de tener las palabras para expresarlo.

LOS CUENTOS SON HERRAMIENTAS “A LA MEDIDA DE LOS NIÑOS”, PARA COMPRENDERSE Y COMPRENDER EL MUNDO QUE LES RODEA

Podemos distinguir, en cuando al contenido:

  • Cuentos en imágenes, con o sin texto, en papel o cartón, en las que hay un planteamiento, un nudo y un desenlace, por sencillo que sea.
  • Libros “juguete”. Sin historia, aunque tengan páginas, palabras e imágenes. Son los típicos que se hacen con páginas de tela o de plástico. Sólo tienen forma de cuento,
    pero no hay ningún cuento en ellos.

Podemos distinguir, en cuando al formato:

  • Cuentos sin imágenes. Más adecuados para jóvenes y adultos, quienes han desarrollado su nivel de abstracción (con el tiempo, podrían dar paso a las novelas).
  • Cuentos con imágenes: Algunos de ellos, no llevan texto. Se centran en la descripción de las acciones que se ven en las escenas. Cada lector, hace una lectura personal de lo que se percibe. De hecho, en lo que se fijarán nuestros pequeños para seguir la historia, es en las imágenes. Y, ellos “solitos”, una vez que las conocen, aprenden a “leerlos” e incluso, nos los pueden contar.

Las imágenes ayudan a comprender la historia. También nos ayudan los escenarios o los personajes (muñecos o marionetas), que podemos tocar. Actualmente hay una preciosa variedad de formatos, para disfrutar de los cuentos. Lo importante es que, las solapas, lo que se puede desplegar, construir, girar, etc. no interrumpa el hilo de las historias. Han de integrarse en el relato.

Se abren las solapas, por ejemplo, si el protagonista está buscando algo que se ha escondido y no porque sí. De lo contrario, el cuento se convierte en una distracción, centrada en la manipulación de los materiales. Interesante, sí, pero distinta a disfrutar de la esencia narrativa, del corazón que hay en cada cuento.

Las familias suelen sorprenderse de que los niños, rechacen algunos de los cuentos que les leemos. Eso es frecuente, no porque el texto que los acompañe no esté bien escrito, sino, probablemente, porque no hemos conseguido dotarle de “vida” al contarlo. Las palabras escritas nos pueden servir de guía, pero hemos de ser “contadores” que transmitamos emociones, para despertar los afectos de nuestros pequeños. Por supuesto, si nos gusta el cuento, es mucho más fácil que llegue a gustarles a ellos. 

Algunos padres dicen que no saben contar cuentos. Pues, puede ser una meta. Practica, practica y practica. Déjate llevar por las historias, por la imaginación, por sus caritas curiosas, por el disfrute….Y, si aún no te atreves, o crees que lo haces mal, busca cuentacuentos en internet e inspírate en ellos. 

Para elegir “buenos” cuentos, la mejor fórmula es la de LEER, leer y leer. Os sugerimos que, en cuanto podáis, los hagáis socios de la biblioteca que más a mano tengáis y dediquéis tiempo a buscar cuentos que os ilusionen y les gusten.

Y ¿Qué nos decís del papelón que juegan los malos?  Si nuestros niños, sólo escucharan historias “tiernas y con personajes buenos”, podrían creer que son los únicos que experimentan sentimientos incómodos y contradictorios. Afortunadamente, nos podemos apoyar en los “MALOS” para proyectarlos fuera, lo que nos permite comprenderlos y aceptarlos. De esa manera, los cuentos pueden ejercer una función terapéutica. 

Por otra parte, los cuentos no habrían de centrarse en las dificultades de la existencia, sino en la resolución de los problemas. Si las cosas no vuelven al orden, se sienten decepcionados.  Les gustan las sorpresas, pero éstas deben ser sobre los detalles. Precisan asegurarse los “FINALES FELICES”, que, por cierto, cambian según las modas y épocas. 

En cuanto a los cuentos clásicos, podemos usarlos, siempre que seamos conscientes de lo que transmiten y de que, nada nos impide hacer cualquier modificación que nos parezca oportuna. Es evidente que, muchos de los mensajes que contienen, ya no se adaptan a la sociedad en la que vivimos. De hecho, incluyen valores que, hoy se consideran inaceptables, como la exaltación de la violencia, del machismo, los malos tratos, la sumisión, etc… 

La literatura infantil actual, se ha enriquecido con excelentes autores e ilustradores. Disfrutemos de los libros disponibles en las librerías y bibliotecas, ya que nuestros niños viven en un mundo nuevo. Con eso y con todo, no todos los cuentos “valen”, algunos tienen enfoques que no podrían resistir la crítica más observadora. No leas a tu hijo un cuento que no hayas leído tú antes. Elijamos cuáles contarles y cómo contarlos. Y que sean los niños los que expresen sus preferencias, pidiéndonoslos una y mil veces, si son de su gusto. Por cierto, si algún cuento nos lo solicitan muchas veces, pues genial. Sólo significa que, le están sacando mucho provecho, aunque no sepamos cómo lo hacen. 

En esta línea, hay nuevas versiones de los clásicos, que son excelentes y participan de su magia, superando los modelos, ya obsoletos, de otros tiempos.

 

Estimula el lenguaje, la comprensión, la expresión, la socialización, la imaginación, la atención, el razonamiento, la resolución de problemas, etc., etc. y, sobre todo, el DISFRUTE. Por eso en Nuestra Escuela Garabatos®, todos los proyectos que iniciamos comienzan por un cuento, elegido especialmente para que cumpla los objetivos propuestos, ya que todos los juegos y actividades que se realizarán mientras dure el proyecto, girarán en torno a dicho cuento. 

Cómo elegir el cuento educativo correcto según la edad

En esta segunda parte nos centraremos en cómo elegir bien, como hacer una buena elección de los cuentos. Para elegir cuentos e historias, es interesante considerar la edad, o el momento evolutivo de nuestros hijos.

Cuentos educativos hasta los 2 años

  • Busquemos fuerza y simplicidad en lo visual. Las figuras, mejor completas.
  • Si el tema está demasiado alejado de lo cotidiano, el libro no interesa. Si es demasiado cercano y realista, demasiado “soso”, aburre.
  • Cuidado con el lenguaje infantilizado. No abusar de los diminutivos, ni utilizar los “sinónimos” infantiles, como “el guaguau” en vez de “el perro”.  
  • Procuremos que haya acciones, estimule hacer sonidos, momento de imitar onomatopeyas, para entrenar los sonidos del idioma. Que haya sorpresas…
    Muy atractivos los que tienen estructuras repetitivas, porque les permite anticipar lo que pasará o dirán los personajes.

 

Cuentos educativos de dos a tres años

  • La escena tiene una gran relevancia. Observan los detalles de las ilustraciones.
  • No conviene abusar de los diálogos, pues les dificultan la comprensión. Las frases que sean cortas y bien construidas.
  • Les encantan las historias que presentan hechos, sentimientos, sueños, situaciones imaginativas, con magia. Los niños pueden identificarse con ese personaje que se mete en todo, con aquel que hace tonterías, con el que tiene miedo, con el que muestra una impulsividad desbordante, o el que se pasa el tiempo molestando a los demás…. Son libros liberadores y, a menudo muy graciosos, que reflejan que nadie es perfecto.
  • Les facilita la comprensión, el que las imágenes ocupen doble página. O bien, la imagen a la derecha, y el texto a la izquierda. 
     

Cuentos educativos de tres a cinco años

  • Es la edad de oro de las historias fantásticas.
  • Avanzan construyendo emociones. 
  • Les gusta que el final les proporcione la seguridad afectiva de que, todo vuelve a la normalidad.
  • Es el momento de diversificar las historias.


Cuentos educativos de cinco a seis años

  • Pueden abordar casi todos los temas. 
  • Pueden apreciar mejor el humor implícito. 
  • Al aprender a leer solos, les gusta retomar los cuentos de cuando eran más pequeños, de los que ya conocen sus historias y sus textos. 
  • Según van creciendo, se pueden compartir cuentos cada vez más largos. Tanto es así que, se pueden ir contando por capítulos.
  • Es interesante que cuando sepan leer y “quieran hacerlo”, sean ellos los que lean para nosotros, si les complace hacerlo.


Cuentos educativos a partir de seis años

  • Pueden abordar historias en diferentes formatos y profundidades. Películas, teatro, cómic, cuentos, novelas, fábulas, anécdotas, revistas, noticias, etc. El único límite es nuestra capacidad para disfrutar, experimentar y aprender.
  • Sigamos contándoles cuentos.

Como dijo Einstein: 

 Si quieres que tu hijo sea inteligente, léele cuentos. Si quieres que sea más inteligente, léele más cuentos

Además los cuentos, nos permiten salir de casa, aún en tiempos en los que hemos de permanecer en ella. Podemos salir, sin usar las piernas, solo necesitamos la magia que nos confiere una buena historia, y nuestra imaginación…. Por eso en Nuestra Escuela Garabatos, el cuento es eje de nuestro Proyecto Educativo.

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